Los «campeones» de Ortigueira hacen teatro: «El País de las Maravillas»

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En la ría de Ortigueira, sucedió lo que contamos, que en un día de bochorno, mira tú lo que soñamos. Nos poníamos de acuerdo y trazábamos un plan, para contar sus historias, trabajando con afán […]. Convertidos en artistas, hacíamos un musical, para explicarle al mundo que no lo hacemos tan mal […]. Que un día en el teatro hacíamos una función, y que todos disfrutaban de nuestra gran ilusión». Queda todo dicho en esta letra de la canción final, de Quico Bouza, «un armadanzas», autor del guion y director de El País de las Maravillas, un musical inspirado en el cuento que Lewis Carroll escribió para la niña Alicia, ambientado en Ortegal e interpretado por personas con discapacidad.

«Que más de veinte usuarios estén encima de un escenario interpretando un cuento que todos conocemos… Teníamos experiencia, pero en representaciones mucho más pequeñas, un villancico teatralizado o El cascanueces, once minutos en escena… y esta vez son 90. Llevamos desde octubre, es todo mucho más intenso, pero estamos encantados. Al principio no sabíamos cómo iba a ser… No es un reto personal, trabajo por y para los usuarios, ellos son los protagonistas y lo que hacemos los trabajadores está en segundo plano, porque su vida la centran en Aspromor», reflexiona Aline Riola, una de las educadoras del centro, Acilia en la obra.

Cuenta que el papel de Acilia surgió «como apoyo al de Alicia», a quien encarna Lorena Ruiz, usuaria de Aspromor de memoria prodigiosa. «Se sabe su papel y el de todos los demás», destaca Aline. Quico Bouza (Ortigueira, 1954) ideó al alter ego de Alicia —«yo soy tú, tú soy yo»—, un juego, como todo el texto, que ha ido cambiando «en cada ensayo», adaptando el personaje al actor, y no al revés. Este profesor jubilado dirigió su primer montaje en el instituto, con 120 chavales; y hace nueve años se embarcó en un musical de Aspas, la asociación de padres de personas con discapacidad intelectual de Santiago, con la que sigue trabajando.

En agosto, en el primer Baile dos Xardíns, la concejala Ana Cartelle se interesó por su actividad. «Me habló de Aspromor y me dijo: ‘Tenemos que hacer algo’. Y como no sé decir que no…», explica Quico, que dejó claro desde el principio «que el organizador es el Concello». Trasladaron la propuesta a Aspromor y se lanzaron «a ciegas». Desde principios de año, aparte de los ensayos semanales en el Teatro de Beneficencia, donde se estrenará el 29 y el 30 de junio, dedican una hora diaria a repasar el guion. «Toca todas las áreas —subraya Aline—, subirse al escenario, memorizar, expresión corporal, paciencia, respetar los turnos de palabra…».

El ingenio, la pasión y la «locura» de Quico no hubieran bastado sin el apoyo de «todo el pueblo». La relación de colaboradores es interminable. Figuran (a riesgo de dejar a alguien fuera) los músicos de Os Carecos y Diego de Braelle; bailadores de Troula de Ortegal, A Banda de Ortegal, la Escola de Gaitas de Ortigueira (también el director, Rodrigo López) o la Banda de Ladrido; el gaiteiro Juan Barcón y Marías, con la zanfoña; María Quintiana, flamante directora xeral de Igualdade, con la percusión; y componentes del coro Rueiros, la coral de Espasante y la polifónica de Ortigueira. Celia Pía es la directora musical y la diseñadora del cartel de la obra. Marga Freire es la productora —«llevo dos años de baja y esto es una terapia para mí»— y de ella partió la idea de implicar a su exjefe, el farmacéutico Agustín Pía, que participa en el papel de dragón de Santa Marta.

Germán Cabrera es el responsable del vestuario. «Fue primer bailarín del Ballet Nacional y ahora es estilista. Calculó un presupuesto inicial de veinte mil euros, y va a salir por mil y pico», cuenta Quico entre risas, sin desvelar el secreto. Entre los autores de las fotos que se proyectan en el escenario, a modo de decorados, están Juan Insua, Xulio Villarino y Fátima Quiza. También colaboran integrantes de Ortigueira entre Fogones y Luisa Suárez, que ayuda con el atrezo del musical. Y los negocios Conservas La Pureza, Electrodomésticos Fran, Electrodomésticos Pérez Polo, Agroshop, Ferretería Yáñez, Pizzería O Baleo, A Cabana do Fos, Muelle 21, Pub Galaripos, Arcos, O Fogón, Ciclos Cociña, Librería Ramos, Unihome, Peixería do Ortegal, Río Sor, Dolan, Manolo’s Xantar, La Terraza de Laura, el mesón O Malecón, Esmara y Regalos Olga. Además de la agencia Galician Green Properties, que facilitó el dron, manejado por Ramón Cribeiro. «Todo el mundo al que se le pidió ayuda ha ayudado», agradecen los artífices de esta maravillosa locura, un cariñosísimo homenaje póstumo a Eugenia Cabrera, la pareja de Quico, «el alma» del musical desde sus inicios, Bombonsito, por el tango que sonaba cuando se conocieron.

Sin la genialidad de Quico nada de esto hubiera sido posible: «Yo me meto dentro del sistema complejo, me pierdo e intento buscar indicios, y a partir de esos indicios se va reordenando el caos. Luz, sonido, músicas… las intervenciones de los chavales, los movimientos en escena que funcionan y los que no… dejo que todo vaya cogiendo forma […]. Jugar con todo, sobre todo en las situaciones críticas, te da una libertad tremenda a la hora de sentir, actuar o discurrir. No me cuesta. Y a ellos les hace mucha ilusión, se meten dentro del papel, se convierten en esos personajes… El objetivo son ellos, no la representación para el público, su autoestima y la valoración y la percepción que se tiene de ellos desde fuera». Por medio andan siempre los gatos (Esther, Fátima y Sura), otra figura creada por el director: «Necesito apoyos en escena, apuntan, intervienen, refuerzan diálogos cuando hace falta… voy inventando cosas según las necesidades, me salen, es un juego». Y, como repite Marta, una de las actrices, «colorín, colorado, este cuento se ha acabado».

El reparto de Aspromor está formado por los usuarios: Alberto Sánchez Tojeiro (cara rana), Purificación Justo Castro (duquesa), Miguel Anido Antelo (loro), Mercedes Real Araújo (carta), Marcelino Pajón Fernández (carta), Lorena Ruiz Vale (Alicia), Kevin Villasuso Fuentes (cara pez), Jesús Lage Santamaría (liebre), Iago Aguiar López (lirón), Fabio de la Cruz Rodríguez (dodo), Daniel Iglesias Martínez (sombrerero), Carlos Garrote Pardo (conejo), Ariadna Nieto Garcinuño (carta), Adrián Lamelas Muíño (carta), Antonio Afonso Yáñez (carta), Pablo Rocha Barral (lagartija), Juan Carlos Mosquera Silva (carta), Christian Fernando Bautista Fernández (rey), Mercedes González Rodiño (criada), Jesús Gómez Muñiz (carta), Miguel Blanco Ferreira (ratón), Lidia Blanco Ferreira (reina), José García López (carta), Marta Bustabad Rey (almeja), José Manuel Bahamonde López (carta), Margarita Dopico Prieto (carta) y Alejandro Fernández Gómez (carta). Y los trabajadores: Aline Riola Muíños (Acilia), Esther Caabeiro Blanco (Gato de Chesire), María José Fojo Lage (carta), Manuel Novo Landrove (ayudante), María Isabel Fustes Gómez (ayudante), Araceli Blanco Fustes (ayudante) y Fernando Casás Martínez (ayudante).

Fuente: La Voz de Galicia